ZEa Investigación 27 julio, 2021
Mitos y creencias de tomadores de decisión en política y gobierno
Con frecuencia vemos que en la política y gobierno algunos esquemas de pensamiento, independientemente del partido en el que militen, o el rubro de políticas públicas en el que ejerzan su profesión. Vemos que grandes ideas aterrizan mal, que el trabajo de calidad de algunos políticos pasa desapercibido. Y en general está la tendencia de que hagan lo que hagan, los políticos no logran recuperar la confianza.
1. “Conozco y entiendo a cabalidad como piensan los ciudadanos… ¡TODOS!”
Expertos, académicos o políticos generalmente son muy buenos en los temas que dominan, conocen la forma de pensar de aquellos con quienes se relacionan diariamente, pero este expertise no se traslada de forma directa a entender cómo piensan, actúan o qué motiva a las personas que van a ser potencialmente afectadas o beneficiadas por sus decisiones o propuestas.
Ser experto en medicina o biología no me convierte en experto en la promoción de la salud. Los conocimientos técnicos sobre un tema no nos permiten inferir o adivinar cómo la gente, en sus distintos contextos, va a animarse o inhibirse de adoptar ciertas conductas en pro de la salud, por ejemplo.
2. “Mi proyecto es para el bien de público y por eso lo van a apoyar”
Hasta los proyectos más nobles pueden fracasar… Si yo quiero que la gente utilice mi ciclovía, no es preciso solo hablar con funcionarios, sino entender a los usuarios potenciales, a los vecinos, a los comerciantes y locatarios que se pueden manifestar e incluso frustrar proyectos técnicamente bien estructurados (como fue el caso en División del Norte, en la Ciudad de México). Debemos analizar desde la visión ciudadana por qué una iniciativa con tantas virtudes resultó en fracaso. Entendiendo el componente político, pero centrándonos en nuestro público objetivo: los usuarios potenciales.
3. “Si hago investigación no habrá opositores al Proyecto”
Una evaluación de impacto social no garantiza que no haya oposición, tampoco busca ofuscarla, sino asegurar que se conocen a fondo las formas de pensar, las afectaciones percibidas o reales de los ciudadanos, y se mantiene un proceso de comunicación pertinente y transparente. Esto permitirá prever argumentos, molestias o puntos de coincidencia para llevar el proyecto al puerto deseado.
4. “… ¡¡Pero si esta política pública funcionó bien en Bélgica!!...”
Las mejores prácticas en muchos sectores provienen de experiencias en otros países. Se cree que si el valor de la política pública está probado en cierto contexto su eficacia es trasladable indistintamente a otra zona geográfica o cultura. Desafortunadamente no es así, necesitamos conocer las premisas culturales o códigos de conducta de la comunidad que se espera adopte ciertas políticas o prácticas propuestas.
Incorporar a cualquier proyecto de infraestructura civil o intervención urbana el Análisis de Actores Interesados y Evaluación de Impacto Social es beneficioso para todos pues:
- Permite identificar oportunamente inconformidades y detectar potenciales aliados.
- Abre un canal de acercamiento ciudadano desde los ojos de un tercero independiente.
- Da lineamientos para comunicar de una mejor manera los beneficios del proyecto.
- Ayuda a evitar retrasos y eventual cancelación del proyecto.
Ventajas para promotores de política y gobierno o proyectos de infraestructura
La mayor ventaja de estos estudios es cuando se realizan de forma voluntaria y no con el único objetivo de cumplir con la regulación. Deben incorporarse como un paso natural en el proceso de diseño, implementación, evaluación prospectiva y de eficacia de políticas públicas o proyectos de infraestructura. Aunque hay industrias o giros en donde estas evaluaciones son reguladas y representan un requisito para operar, es sumamente importante que sean concebidas por el inversionista o el promotor político como una herramienta que contribuye al éxito del proyecto.
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En ZEa Consultoría Social hemos desarrollado un modelo de investigación propio, basado en más de 10 años de experiencia en campo y territorio mexicano. Nos basamos en las mejores prácticas internacionales, en lineamientos de la CFI pero todo adaptado al contexto donde las implementamos.
